Datos oficiales indican que en la ciudad más importante del sur de Veracruz suman 58 defunciones y 401 contagios confirmados, con lo que Coatzacoalcos se ubica en segundo lugar en muertes, y el mismo para personas infectadas a nivel estado, después del puerto de Veracruz.
Por Sendic Aguirre e Ignacio Carvajal
Ciudad de México, 28 de mayo (Blog Expediente).- Al interior de la casa se escucha el llanto de unos niños. Han pasado varias horas desde la última comida de esos pequeños que lloran. Dentro de la pieza, estilo Infonavit, los efectos el COVID-19 en el sur de Veracruz comienzan a ser evidentes.
La madre de los cinco pequeños, Iris Vianeth Beltrán, lo pensó mucho, pero se armó de valor y lanzó un SOS en las redes sociales: «no tengo nada que darle de comer a mis hijos».
El mensaje corrió de inmediato por grupos de la ciudad, haciendo evidente la desesperación ciudadana que vive Coatzacoalcos por la crisis del desempleo y la nula actividad económica que ha dejado el COVID-19.
Datos oficiales indican que en la ciudad más importante del sur de Veracruz suman 58 defunciones y 401 contagios confirmados, con lo que Coatzacoalcos se ubica en segundo lugar en muertes, y el mismo para personas infectadas a nivel estado, después del puerto de Veracruz.
Y mientras los hornos de las funerarias en la ciudad no se dan abasto para cremar los cadáveres dejados por el COVID-19, la estufa de Iris Vianeth Beltrán luce desolada con un sartén lleno de aceite quemado, sin comida, y una cazuela con los últimos restos de la sopa con la que alimentó a sus pequeños.
A un costado, unos totopos secos y tiesos que hasta ahora es lo único con lo que cuenta y una paupérrima ración de leche en polvo para la niña más chiquita.
El último reporte del INEGI sobre el desempleo en el sureste mexicano, ubican a Coatzacoalcos y a Ciudad del Carmen como las más afectadas por el sub empleo y desempleo antes de iniciar la cuarentena por el COVID 19.
La de Iris Vianeth Beltrán es una de esas familias impactadas por el desempleo que está sembrando el la pandemia. Ella vive en una humilde casa de la colonia Lomas del Bosque. Iris Vianeth Beltrán también llora porque sabe que sus hijos tienen hambre.
Ella es una mujer trabajadora que por la contingencia le suspendieron su empleo como demovendedora en una tienda de autoservicio.
Su esposo se tuvo que ir a trabajar a Tlaxcala, pero tampoco cuenta con dinero, el próximo pago de su salario lo recibirá hasta el sábado y no puede mandarle dinero.
La mujer no ha recibido ayuda o despensa alguna del Gobierno municipal ni de ningún funcionario público, Diputado o Regidor, y lo peor es que tampoco ha logrado vender nada en línea.
Ante esa situación, lo único que le quedó a la fue despojarse de la pena y pedir ayuda en las redes sociales, en un grupo donde ella siempre comparte recetas de cocina, hoy comentó que no tiene alimentos para su familia.
Una vez que supo el caso, acudimos hasta su hogar en la colonia Lomas del Bosque para escucharla y darle voz en la transmisión en vivo.
Los niños no querían que su mamá solicitara ayuda, porque tienen pena, pero su madre sabe que una cosa es lo que el cerebro diga y otra lo que el estómago pide.
Así que se armó de valor y empezó a dar a conocer su historia y la gente de buen corazón comenzó a realizarle transferencias electrónicas.
Minutos más tarde sus vecinos que se enteraron de la situación y le llevaron una reja de huevos, un par de sopas de pasta y un kilo de azúcar. Con lágrimas le entregaron la ayuda y se pusieron en sus zapatos.
Hasta el cierre de esta edición, los apoyos para la familia de Iris no dejaban de fluir, aunque ello generó molestia en algunos políticos locales. La jefa de manzana de la zona incluso reclamó a la madre por haber pedido el apoyo en redes, ya que desde el municipio la recriminaron por no haber alertado de la situación antes de que el tema se volviera tendencia en redes y el Alcalde resultara blanco de numerosas críticas.